Modelos de pareja en los productos culturales
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Modelos de pareja en los productos culturales

La cuarta sesión de intervención en los IES de “Enrédate sin Machismo” ha tenido como objetivo identificar la socialización diferencial del género como causa de la construcción de relaciones de pareja basadas en la desigualdad. Por esta razón, la sesión denominada Modelos de pareja en los productos culturales se ha desarrollado de manera conjunta para identificar los estereotipos, roles sexistas y mitos del amor romántico existentes en la representación de relaciones afectivas de diferentes productos culturales y para reflexionar sobre el modelo de pareja en que se nos educa a partir de los distintos agentes y canales socializadores que generan las desigualdades.

Al comienzo de la actividad, se ha planteado a los/as chicos/as una serie de preguntas para conocer su percepción sobre la imagen que muestran los productos culturales de mujeres y hombres y las ideas que se tienen sobre el amor. La mayoría del alumnado ha analizado distintos productos culturales, tales como anuncios, películas, cuentos, canciones y videojuegos, pudiendo detectar estereotipos y roles femeninos y masculinos.

Las aportaciones más comunes son las siguientes: colonias dirigidas a hombres como Invictus u Old Spice (con su eslogan “huele a tío, tío”), anuncios de limpieza como Don Limpio, dibujos japoneses como Kimetsu no yaiba, videojuegos como Soul Calibur, películas como A tres metros sobre el cielo y 50 sombras de Grey y canciones de trap, reggetón y/o comerciales. Tras este breve análisis, por un lado, el alumnado ha identificado estereotipos y roles femeninos entre los que destaca: la ternura, la intuición, la suavidad, la debilidad, la pasividad (el ser salvada), la seducción, la belleza, la sumisión, la delicadeza, la dependencia y las tareas del cuidado y del hogar. También han identificado estereotipos y roles masculinos como la fuerza, la dominación, la dureza, la autoridad, la inteligencia, la independencia, ser activo, la protección, la iniciativa y el control.

En palabras de algunas alumnas (refiriéndose a las películas citadas): “Es el típico chulo, malote que asume riesgos…y guapo (risas), mientras que ella es tímida, sumisa, pasiva… Incluso, él a veces no la trata bien, le dice fea”. Además, los chicos al hacer referencia a los videojuegos y los dibujos japoneses resaltaron: “Pareciera que es un producto para consumir o que se trata como un objeto”.

Además, se han identificado mitos del amor romántico transmitidos en los diversos productos culturales como la idea de que el amor lo puede todo, la complementariedad o media naranja, el amor único y perfecto, el amor como entrega total o despersonalización y el amor de pareja como lo más importante en la vida. Esta identificación ha permitido reflexionar sobre la influencia de los productos culturales y la interiorización y reproducción de los estereotipos, roles sexistas y mitos del amor romántico.

A continuación, se ha dividido al alumnado en diversos subgrupos en función del sexo para trabajar productos culturales de manera profunda y específica: la canción Mía de Bad Bunny, la Saga de Crepúsculo, el cuento de la Cenicienta y el reality-show La isla de las tentaciones. A lo largo del trabajo por grupos, el alumnado ha podido identificar la imagen de mujeres y hombres y las ideas transmitidas sobre el amor por parte de estos productos culturales, determinando que no fomentan la construcción de relaciones sanas.

En palabras de algunos chicos: “Lo del príncipe y la cenicienta, no es amor a primera vista, sino obsesión y control”.

Este proceso sucede de forma generalizada, es decir, la transmisión de estos valores y conductas no provienen de un único producto cultural, sino que es fruto de valores socialmente establecidos que afectan a la situación de mujeres y hombres en los diferentes ámbitos de la vida. En relación a ello, el alumnado hace algunas reflexiones sobre la visión generalizada de mujeres y hombres como, por ejemplo: “Cuando una mujer es poderosa, cuando tiene dinero, cuando tiene iniciativa, cuando en definitiva una mujer es exitosa, me he dado cuenta de que la historia la define como la villana, la malvada”. Han sido conscientes de que cuando las conductas no corresponden con las atribuciones que históricamente han sido asignadas a mujeres y hombres, se juzga, se etiqueta y se discrimina, visibilizándose la gran presión social existente sobre aquellas personas que desafían su hegemonía.

Otras de las reflexiones generadas acerca de la imagen generalizada de las mujeres trata sobre la hipersexualización de sus cuerpos, ya que mediante la proyección del videoclip de la canción Mía de Bad Bunny el alumnado ha identificado las conductas sexistas y la cosificación de las mujeres, utilizadas exclusivamente para seducir. En palabras de uno de los chicos: “Parece un expositor de carne fresca”.

Sin embargo, aunque el alumnado es capaz de identificar y detectar en los diversos productos culturales los estereotipos y roles sexistas, así como las ideas del amor romántico que desembocan en relaciones de dominación, una parte, aunque minoritaria, muestra reticencias ante la idea de que las generaciones jóvenes sean partícipes en la reproducción de esta imagen social de mujeres y hombres, considerando que para ellos/as es fácil detectar y, en consecuencia, no creen que los productos culturales supongan una influencia que repercuta en sus vidas cotidianas. Es decir, a pesar del análisis y la reflexión realizada, no hay un punto de inflexión en las consecuencias estereotipadas de los productos culturales. Existe una consciencia, entre el alumnado, del alcance real de estos valores y conductas.

En este sentido, algunas de las chicas afirman: “Nuestras generaciones ya han superado esto de los estereotipos y roles sexistas, ya es otra época. No creo que lo reproduzcamos”. “Es solo una canción o una película, no es la vida real”. “Quien reproduce esto es que no está pensando o está enfermo”.

En este sentido, la imagen de mujeres y hombres e ideas del amor que son transmitidas por los diversos productos culturales no han sufrido cambios a lo largo del tiempo, por lo que el alumnado comprueba que, entre los cuatro productos culturales trabajados durante la sesión, no se identifican grandes diferencias, es decir, continúan transmitiéndose los mismos valores e ideas en un periodo de aproximadamente setenta años.

Algunas chicas apuntan: “Seguimos transmitiendo las mismas ideas acerca del amor que hace muchos años, no han cambiado prácticamente”.

En conclusión, tanto chicos como chicas han demostrado durante la sesión saber identificar estereotipos, roles de género e ideas del amor romántico en los productos culturales facilitados, reconociendo, además, la representación de la desigualdad en éstos y en otros productos, así como en sus vidas cotidianas, facilitando la reflexión acerca de sus conductas diarias y la modificación de sus propios discursos.